La cantante se presenta el 25 de noviembre en Santiago, en un show que promete tener los clásicos ochenteros.
Por DANIELA LAGOS
Cyndi Lauper lo deja claro a la primera pregunta: en su show, dice, lo más importante es la música. "No llevo una gran producción, y aunque canto canciones bailables no voy con un montón de bailarines. Canto cosas nuevas y cosas viejas, es un concierto de rock", afirma al teléfono desde Nueva York, antes de partir en una gira sudamericana que la tendrá en Chile el 25 de noviembre.
Y aunque todavía no sabe que estará en Santiago sólo unas semanas antes de que se presente aquí el gran show de Madonna, el 10 y 11 de diciembre, esa respuesta la aleja inmediatamente de su colega, con quien muchas veces se dijo que tenía una rivalidad musical: "Yo nunca lo sentí así. Siempre creí que compararme a mí con Madonna es mezclar manzanas y naranjas. Yo no soy ella, ella no es yo, y de verdad me parecen muy buenas algunas cosas que escribe".
"Bring ya to the brink" es el título del disco que tiene a la diva de 55 años en un nuevo tour promocional. A diferencia de su álbum anterior, "The body acoustic" (2005), en que reversionó algunos de sus mayores éxitos y grabó algunos covers en clave acústica, aquí presenta canciones muy bailables y con beats electrónicos. "Simplemente quería escribir y hacer música con energía", dice.
Pero las canciones no han sido lo único a lo que le ha dedicado su tiempo últimamente. También apoyó públicamente la campaña presidencial de Barack Obama, y confiesa que se emocionó con el triunfo del demócrata: "Me puse a llorar, fue un momento muy feliz. Tiene mucho trabajo por hacer, pero va a descubrir cómo hacerlo bien".
Ésta será la tercera pasada de Lauper por Chile, que estuvo antes en 1989 y 1994. Sobre la primera visita, tiene un nítido recuerdo: "Fui a Santiago y a Concepción, y no sabía quién estaba ahí, porque había mucha gente esperando, pensé que había un diplomático o algo así. No pensé que fuera todo por mí, fue muy dulce".
Por DANIELA LAGOS
Cyndi Lauper lo deja claro a la primera pregunta: en su show, dice, lo más importante es la música. "No llevo una gran producción, y aunque canto canciones bailables no voy con un montón de bailarines. Canto cosas nuevas y cosas viejas, es un concierto de rock", afirma al teléfono desde Nueva York, antes de partir en una gira sudamericana que la tendrá en Chile el 25 de noviembre.
Y aunque todavía no sabe que estará en Santiago sólo unas semanas antes de que se presente aquí el gran show de Madonna, el 10 y 11 de diciembre, esa respuesta la aleja inmediatamente de su colega, con quien muchas veces se dijo que tenía una rivalidad musical: "Yo nunca lo sentí así. Siempre creí que compararme a mí con Madonna es mezclar manzanas y naranjas. Yo no soy ella, ella no es yo, y de verdad me parecen muy buenas algunas cosas que escribe".
"Bring ya to the brink" es el título del disco que tiene a la diva de 55 años en un nuevo tour promocional. A diferencia de su álbum anterior, "The body acoustic" (2005), en que reversionó algunos de sus mayores éxitos y grabó algunos covers en clave acústica, aquí presenta canciones muy bailables y con beats electrónicos. "Simplemente quería escribir y hacer música con energía", dice.
Pero las canciones no han sido lo único a lo que le ha dedicado su tiempo últimamente. También apoyó públicamente la campaña presidencial de Barack Obama, y confiesa que se emocionó con el triunfo del demócrata: "Me puse a llorar, fue un momento muy feliz. Tiene mucho trabajo por hacer, pero va a descubrir cómo hacerlo bien".
Ésta será la tercera pasada de Lauper por Chile, que estuvo antes en 1989 y 1994. Sobre la primera visita, tiene un nítido recuerdo: "Fui a Santiago y a Concepción, y no sabía quién estaba ahí, porque había mucha gente esperando, pensé que había un diplomático o algo así. No pensé que fuera todo por mí, fue muy dulce".
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